‘Sonata de otoño’, de Ingmar Bergman

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Hemos trabajado en nuestra “Sonata” alejándola del naturalismo y situándola en un espacio donde no hubiese límites: el espacio de la mente. Un espacio parecido a la realidad, que construye la realidad como el recuerdo recrea la realidad. Y hemos acompañado a Bergman en un paseo tortuoso pero profundamente lúcido. Tratando de ser objetivos en un terreno especialmente movedizo, delicado, cruel y confuso: el alma de las personas. Sonata de otoño se estructura como una lucha, un encuentro físico entre dos almas separadas. En ese encuentro lo que se dice y lo que se escucha casi nunca es lo mismo. Hay diferencias infranqueables tanto en las vivencias como los recuerdos; aun en los que fueron compartidos. La obra, al no necesitar más espacio concreto que el del recuerdo, nos permite trabajar en elipsis de tiempo, a veces de horas, a veces de minutos….Y nos da ocasión de ir de una escena a otra con enorme facilidad, sin una continuidad precisa, imaginemos una película a la que le faltase algún fotograma. Como el recuerdo mismo. La acción, en la rectoría de una pequeña ciudad de Noruega, lejos de Oslo, en pleno campo. Obviamente nuestra época.

Diseño gráfico: David Sueiro  |  Desarrollo: Axel Kacelnik