El blog de Pentación
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02/03/2023

¡Ay, Carmela!: Entrevista a María Adánez

Desde el 5 de abril de 2023

«Es una obra maravillosamente escrita, posee una brillantez en la que siempre se está esa media sonrisa».

María Adánez

El Apuntador: ¿Cómo surgió la idea de realizar este proyecto junto a Pepón Nieto?

María Adánez: Esto se remonta al primer encierro de la pandemia, en abril del 2020. Estábamos todos en esta locura de hacer cosas en nuestras casas. En ese deseo por hacer y crear, a Pepón y a mi, se nos ocurrió la idea de hacer un directo de instagram para hablar sobre la película El tiempo de la felicidad, dirigida por Manuel Iborra. Charlando con Pepón durante ese directo, surgió la idea de hacer algo juntos, y al pensar en un texto, me vino en seguida ¡Ay, Carmela!

E.A: ¿Qué destacarías de interpretar a un personaje como Carmela? ¿Ha sido un reto?

M.A: Todos los personajes suponen retos, no hay personajes sencillos, es decir, todos te demandan una serie de requisitos. Es un trabajo que el actor tiene que hacer con todo su ser para meterse en la personalidad de otro personaje.

Destacaría de Carmela su amor por la vida, por vivir, su amor por lo sencillo: comer, cantar, hacer el amor… Pero sobre todo, su amor por la justicia. Es una mujer con una gran justicia social y un profundo amor por la vida.

E.A: ¿Cuál crees que es la esencia de Carmela? ¿Ves a Carmela reflejada en la sociedad actual?

M.A: Yo creo que desgraciadamente hoy en día, vivimos mucho en la cabeza. Se nos olvidan los instintos; diría que los instintos los tenemos un poco atrofiados, excepto a la hora de comer, dormir, y de nuestra sexualidad.

Carmela me lleva a una mujer mucho más pura y menos sofisticada. No es una mujer de cuidad, como lo somos todos nosotros. La verdadera esencia de ella, es ese amor por la vida, esa gran pasión por lo cotidiano, por los placeres y las pequeñas cosas.

E.A: ¿De qué manera ha sido Verónica Forqué referente para ti a la hora de preparar el personaje de Carmela?

M.A: Verónica Forqué ha sido una referente para mi en muchísimas cosas a lo largo de mi carrera. Tuve el placer de trabajar con ella cuando tenía 18 años, y nuestra trayectoria de Pepa y Pepe nos llevó muchos años juntas. Para mi ha sido una mujer que me enseño muchas cosas.

Siempre recordaré que me decía «tú has empezado esta profesión por lo más difícil, que es haciendo comedia«, porque la comedia no está valorada en este país. Parece que es fácil hacer comedia, cuando es todo lo contrario, la comedia es una máquina perfecta, matemática, para que pueda funcionar. Ella siempre decía lo mismo «yo empecé por la comedia, y es difícil luego que te vean en otros personajes«.

A la hora de interpretar Carmela, los he tenido muy presentes. A ella y a Santiago Ramos.

E.A: ¿Qué te ha enseñado Carmela? ¿Cuál es el mensaje más importante al que Carmela da voz?

M.A: Carmela me ha enseñado muchas cosas. Probablemente el mensaje que destacaría más de ella, es ese deseo de justicia. Si esos milicianos no hubiesen ido a ver esa función en la que Paulino y Carmela interpretan frente a los nacionalistas, probablemente ella terminara la función y se hubiera ido a casa. Pero al saber que hay una docena de chavales jóvenes, muchos menores de edad, a los que les llevan a ver esa función, que posiblemente al día siguiente vayan a ser fusilados; es algo que ella no puede justificar. Ni siquiera tiene la hipocresía ni la cobardía de salvar su pellejo ante esa injusticia.

Lo que me quedo de Carmela, es ese amor por la vida, y ese deseo de justicia social que está por encima de ella. Está dispuesta a morir por la causa. 

También Carmela, al no haber podido ser madre, empatiza con esos chicos y le hace posicionarse con ellos. 

E.A: Entre la película dirigida por Carlos Saura en 1990, con Carmen Maura y Andrés Pajares, y esta adaptación de la obra de teatro, ¿Qué diferencias destacarías entre ambas versiones?

M.A.: Para mi no tienen nada que ver. La madre es la función de Sanchis Sinisterra, y de ahí parte el guion original de Azcona.

La película es todo lo que les pasa a ellos en ese día en el que los detienen. La función es mucho más compleja. Tiene transiciones, tiene unas elipsis de tiempo que te llevan a lugares, podríamos decir oníricos, que están en la mente de Paulino, y luego te llevan al tiempo real.

Para mi también, la obra, tiene un peso que pierde en la película: el tema central de la memoria histórica. Hay una frase clave en el personaje de Carmela que dice: “los vivos en cuanto tenéis las panza llena y os ponéis corbata os olvidáis de todo y hay cosas que no se pueden olvidar” . Para mí la esencia de la función de teatro es esa. 

E.A: ¿Por qué no debemos perdernos esta obra? 

M.A.: No debemos perdernos ¡Ay, Carmela! porque es un encuentro con nuestra historia relativamente cercana, con ese divertimento que es disfrutar de Paulino y de Carmela cuando hacen ese show para los nacionales.

Es una obra maravillosamente escrita, posee una brillantez en la que siempre está esa media sonrisa, esa comedia agridulce que nos va llevando a toda la historia, y a la vez con ese pellizco en el estómago por la dureza del acontecimiento, porque sabemos que estos dos personajes que están actuando para el público, pueden perder su vida en cualquier momento. 

Una de las cosas que más me gusta de la función de Sanchis es lo bonito de cómo relata la muerte. Hay frases que recordaré siempre. Me gusta mucho esa sencillez. Es una cola en la que van llegando los muertos y donde Federico García Lorca habla con Carmela y le regala un poema, y a la vez se le hace un homenaje al gran autor que fue Lorca. 

Hay una frase espectacular que dice “pues no se como explicarte esto Paulino, quizá como hay tantos muertos por la Guerra, pues no cabemos todos y nos tienen aquí esperando mientras nos acomodan”

Si lo traemos a este momento que estamos viviendo, también desgraciadamente tenemos una guerra, de Rusia contra Ucrania, generada por un líder fanático y ¡Ay, Carmela!  nos recuerda que los nacionalismos y fanatismos pueden llevarnos a matarnos los unos a los otros. Y eso, desgraciadamente, está de moda. 

¡Ay, Carmela! nos recuerda la precariedad de la estabilidad del ser humano en los periodos donde no hay guerras, y todo sucede en democracias o en otro tipo de sistemas políticos. 

Pepón Nieto y María Adánez

Diseño gráfico: David Sueiro  |  Desarrollo: Axel Kacelnik