‘Qué asco de amor’, de Yolanda García Serrano

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A las mujeres se nos acusa a menudo de románticas, soñadoras, sensibles. Y con el tiempo hemos creído que tanta acusación debía tener su origen en algo real. Lo único incuestionable de esta obra es que sus protagonistas son mujeres. ¿Románticas? Sí. ¿Soñadoras? Claro. ¿Sensibles? Por supuesto. ¿Algo más? Espero que también. Porque lo cierto es que necesitan a los hombres para existir. Y no sólo eso, sino que los quieren y a veces los aceptan tal y como son. Ninguna de nosotras se ha planteado hacer un análisis sociológico sobre las relaciones. Y digo ninguna de nosotras porque la obra dejó de pertenecerme hace mucho tiempo. La escribí para tres actrices, eso es verdad, y quería hablar de cosas que me resultan cercanas, que me preocuparan pero que pudiera contarlas con sentido del humor. En principio me pareció fácil, pero luego me enfrenté a la cruda realidad y pasé noches en blanco. Hasta que no escribí la palabra fin no supe que había cumplido mi promesa. ¿Y qué era aquello? Un texto es un texto y nada más. Nada tan real como el día en que las tres actrices se adueñaron de él y lo convirtieron en algo propio. Y nos pusimos manos a la obra. Entonces nos dimos cuenta de que hay tantas clases de mujer y tantas clases de hombre que mejor nos limitábamos a trabajar con las tres que teníamos entre manos y que los demás sacaran conclusiones. ¡Bastante teníamos con eso! Claro que nos hemos reído de ellos durante los ensayos, pero también de nosotras, no creáis. Un poco menos, voy a ser sincera. Como no estaban allí para defenderse… Y hablando en serio, lo que menos nos importaba mientras hacíamos crecer esta historia, era la lucha de sexos. Por encima de todo están las relaciones humanas, el deseo de ser feliz a toda costa, los miedos que eso produce. Y sobre todo, la esperanza de que lo bueno siempre está por llegar. Y queramos o no, ahí estaremos unos cerca de otras, aunque algunos preferirían que estuviéramos revueltos. Con amor y con humor estoy segura de que llegaremos a un entendimiento. Yo también soy mujer y he necesitado de hombres para que qué asco de amor  exista un día sobre un escenario: los que han confiado en nosotras, los que nos han apoyado, los que no han dudado en poner todo su esfuerzo para que la función exista como tal y se represente. Pero ahora la obra tampoco es de ellos, sino vuestra. Un trozo de la existencia de tres personas  que se muestran con el corazón en la mano, algo que sabemos hacer todos en algún momento de nuestras vidas. Hombres y mujeres, qué más da, si el amor no entiende de sexos. Yolanda García Serrano

Imágenes

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Diseño gráfico: David Sueiro  |  Desarrollo: Axel Kacelnik

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