Me encantan los personajes en el estado límite, son más sinceros. Y más sorprendentes. En el estado límite llegas a hacer cosas que ni siquiera te hubieras imaginado. Aparece la ética o desaparecen los escrúpulos. A Las personas, solo llegas a conocerlas cuando se encuentran en el estado límite y ahí sacan todo lo que tenían escondido. Las apariencias dejan de engañar y en plena desnudez interna, se muestran realmente como sin. ¿Y te llevas cada sorpresa! En el estado limite, solo piensas en ti mismo. Traduces el egoísmo por defensa propia y…¿Sálvese quien pueda!. Y por salvarte eres capaz de cualquier cosa. Pero claro, estoy hablando de miserables, de seres que prescinden de su moral con la misma rapidez con que la exhiben. Sinceramente, no creo que seamos así. O puede que sí. Pero la obra no se plantea este discurso. “Sálvesenquinpueda” es un divertimento que usa algunos de los mecanismos del vodevil (sorpresas, acción, situación), para contar en clave de comedia y en tiempo real una historia de ladrones de juguete que buscan en el robo una manera de salir de una situación que no desean. Cuando todo funciona, son amigos. Cuando algo falla….Sálvese quien pueda. Aunque en el fondo, es una historia de amor, porque en esto, como en todo, solo se salvan los que aman. Eloy Arenas
